21 de septiembre de 2020

Vidas "online".

Ormón_triplecero estaba anhelante. Sentado en su oscuro sillón ergonómico, enfrente de una gran mesa blanca de líneas nórdicas. Sobre la mesa: dos pantallas, el ratón y el teclado del ordenador. Había recogido los restos de comida preparada, la botella de Coca-Cola y los cubiertos que habitualmente quedaban sobre ella entre comida y comida. Hoy es un día especial. Se ha vestido con camisa salmón, pañuelo a juego y chaqueta oscura de brillantes solapas. El pantalón de pijama y las zapatillas de loneta no se verían en la transmisión.


En pocos minutos dará comienzo su boda telemática con Pikuka99. Habían contratado una agencia de eventos online que se ocupa de todo: la conexión de varios cientos de invitados, suma de las agendas de las redes sociales de los dos; la breve ceremonia del juzgado; y la celebración posterior, con efectos acústicos y ópticos que alimentarán sofisticados equipos individuales de hasta seis pantallas con presentaciones diferentes.


Sólo habían tenido ocasión de verse personalmente en tres ocasiones. Su relación había sido a través del móvil y el ordenador. Algo habitual debido a las restricciones que provocaban las sucesivas pandemias. Al coronavirus-19 habían seguido el virus-21, el virus-23 y los posteriores. Se habían suprimido los nombres propios de los virus, lo significativo eran los años. Normalmente cada dos años surgía uno nuevo que atacaba particularmente a un sector de la población. Las autoridades decretaban nuevas medidas y finalmente anunciaban la aparición de una vacuna, pero al poco un nuevo virus volvía a aparecer.


La gente se había vuelto desconfiada, solitaria, triste y resignada. Pero los jóvenes seguían uniéndose para vivir juntos. El ansia humana de compañía todavía perduraba. Y, además, aunque los simuladores sensoriales y los conectores táctiles a distancia eran realmente sofisticados, el sexo virtual no podía sustituir al contacto físico. La pantalla parpadea, entra un mensaje de la agencia: “Lo sentimos, Pikuka99 comunica que no se siente preparada para casarse. Ha cortado la conexión. No le dé mayor importancia. Esta reacción es más habitual de lo que pueda parecer. Deseamos que vuelva a confiar en nosotros en sus próximos eventos. Cargaremos en su tarjeta el coste previsto en el contrato para este tipo de situaciones. Tenga un buen día”.


Báguena, 21 de septiembre 2020.

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